La mayor guerra comercial del mundo está en China… y Meituan puede ganar

Nota: utilizamos el género femenino con ánimo de evitar el lenguaje sexista. Quizá no lo hayamos conseguido.

¡Dónde si no? Solo en China es posible conseguir que te lleven la comida a casa y pagar la quinta parte de lo que te costaría en el restaurante. La culpa es de Meituan, el hijo pródigo de Alibaba, que no solo mandó a freír espárragos a su “hermano mayor”, sino que le está haciendo la guerra en toda regla.

Está en juego un mercado de treinta y cinco mil millones de dólares al año.

No es de extrañar: está en juego un mercado de treinta y cinco mil millones de dólares al año. Alibaba gana en productos físicos, pero Meituan arrolla en los servicios. El estratega detrás de este lío es Wang Xing, CEO de Meituan. Un hombre con una visión de guerra de trincheras, dispuesto a desbancar a su archienemigo a base de desgaste.

An average Meituan driver makes 25 deliveries a day. Bloomberg

Wang cree que Alibaba no será capaz de aguantar la actual guerra de precios y subvenciones a restaurantes más de doce meses, mientras que su compañía podría hacerlo durante años. Y espera llegar a los ochocientos mil millones de transacciones/año en 2024.

Wang espera llegar a los ochocientos mil millones de transacciones/año en 2024.

Mientras hace números y calcula su victoria, Wang aprovecha para poner verde, no solo a Jack Ma [CEO de Alibaba], sino a Mark Zuckerberg y a quien se le ponga por delante. A todos, menos a Jeff Bezos, a quien ha copiado el modelo de menos beneficio y más inversión, sobre todo en nuevos negocios.

Sea como fuere, la contienda es digna de un culebrón de los ochenta: ricos tratando de arrebatarse las fortunas, volúmenes de negocio tan astronómicos que casi nos suenan absurdos y puñaladas traperas en los consejos de administración. Eso sí, Bloomberg no lo cuenta con la gracia de los guionistas de Hollywood, pero merece la pena.

No me quiero perder esta guerra

Por cierto, presten atención a la forma de presentar las cookies de Bloomberg. Es la única realmente honesta y ética con la que nos hemos encontrado jamás.

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